A dos años del asesinato de Alí Cuevas,
no olvidamos.
20 de septiembre de 2011
El día de hoy Alí Dessiré Cuevas
Castrejón tendría 26 años. Seguramente continuaría con su poesía y su activismo
feminista si Oswaldo Morgan Colón -quien fue su novio durante un año-, no la hubiera
asesinado de 26 puñaladas el 20 de septiembre de 2009, en su fiesta de
cumpleaños, que él mismo le organizó.
Un año después, el feminicida fue
condenado a 42 años de prisión por homicidio calificado con saña y alteración
voluntaria (presencia residual de drogas en la sangre). Durante el proceso
judicial, existieron sendas irregularidades, además de mentiras y descalificaciones
hacia la persona de Alí, que intentaban justificar su asesinato. El hermano del
asesino, Humberto Morgan ex diputado local y actual funcionario del gobierno
del Distrito Federal, emprendió una campaña para criminalizar la memoria de Alí,
victimizando a Oswaldo Morgan, asesino confeso, argumentando que su hermano
había actuado en defensa propia. En marzo de 2011, el juez Enrique Sánchez
Sandoval, magistrado de la 4ª Sala en Materia Penal del Distrito Federal,
eliminó la agravante de “saña” y con ello redujo siete años la pena
de prisión de Oswaldo Morgan Colón. Los argumentos utilizados
por el juez son aberrantes y claramente misóginos al sostener que la crueldad
del feminicida al privar de la vida a Alí, obedecía a una reacción motivada por
una “grave ofensa” que “lo hicieron actuar con saña, pero ello de ninguna
manera revela ferocidad de su parte”.
Estamos hablando de 26 puñaladas.
Es suficientemente claro que existió alevosía, crueldad y premeditación en el
asesinato de Alí. Al hombre encargado de impartir “justicia” el número no le
significa nada porque las puñaladas fueron infringidas al cuerpo de una mujer. La
saña no existe a pesar de lo evidente, por el contrario: además del agravio que
significa el asesinato de Alí, todavía tenemos que soportar que se denigre su
vida y su memoria, haciéndola responsable de su propia muerte. Este fallo
jurídico violenta la vida y memoria de Alí; es una afrenta para ella, para nuestras
muertas y para todas.
Desde la Colectiva Lésbica
Feminista Autónoma LESBrujas, nos sumamos a la exigencia de justicia para Alí
Cuevas. Nos solidarizamos con el dolor, la indignación, la tristeza, la rabia
de la familia, amigas y compañeras de Alí. Y la hacemos nuestra. Hoy, a dos
años de su artero asesinato, no olvidamos, porque el olvido reproduce la
impunidad y significa un agravio más para nuestras compañeras asesinadas. No
hay sentencia que valga cuando la vida de una compañera nos ha sido arrebatada,
cuando existe un sistema donde se justifica a los asesinos de mujeres, sistema
que les otorga prebendas para que asesinen, violenten y mancillen. Nos declaramos
hartas de esta justicia patriarcal, donde los cuerpos de las mujeres siguen siendo
accesibles para sus homicidas, dónde sus muertes son justificadas por un
aparato que legitima, que disculpa, que minimiza, que atenúa, que normaliza la
violencia feminicida.
Alí Cuevas luchó hasta el último
día de su vida contra esta violencia. Y esa transgresión le costó la vida. Hoy
el reclamo se hace nuevamente presente: ¡Justicia para Alí!
Colectiva Lésbica
Feminista Autónoma LESBrujas
Chiapas, México
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